Bueno, en estos últimos post, la cosa va de historias que idearon otros, pero bueno...
Esta la escribió Hans Christian Andersen.
Hace muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en
una cosa: se preocupaba mucho por su vestuario. Un día escuchó a dos charlatanes
llamados Guido y Luigi Farabutto decir que podían fabricar la tela más suave y
delicada que pudiera imaginar. Esta prenda, añadieron, tenía la especial
capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo. Por
supuesto, no había prenda alguna sino que los pícaros hacían lucir que
trabajaban en la ropa, pero estos se quedaban con los ricos materiales que
solicitaban para tal fin.
Sintiéndose algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la
prenda o no, el emperador envió primero a dos de sus hombres de confianza a
verlo. Evidentemente, ninguno de los dos admitieron que eran incapaces de ver la
prenda y comenzaron a alabar a la misma. Toda la ciudad había oído hablar del
fabuloso traje y estaba deseando comprobar cuán estúpido era su vecino.
Los estafadores hicieron como que le ayudaban a ponerse la inexistente
prenda y el emperador salió con ella en un desfile sin admitir que era demasiado
inepto o estúpido como para poder verla.
Toda la gente del pueblo alabó enfáticamente el traje temerosos de que
sus vecinos se dieran cuenta de que no podían verlo, hasta que un niño
dijo:
«¡Pero si va desnudo!»
La gente empezó a cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó
que el emperador iba desnudo. El emperador lo escuchó y supo que tenían razón,
pero levantó la cabeza y terminó el desfile.
No está nada mal recurrir a los clásicos en algunas ocasiones...Ni que decir
tiene que esta fábula es de lo más actual...¿seguiremos ignorantes? Porque nos
lo están diciendo a gritos, en toda nuestra cara...Oigo las carcajadas en la
distancia.
Aquí lo dejo.
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